martes, 17 de mayo de 2011

A una vieja puta

Tiene la puta el coño ya reseco
y marchito su vientre impenitente.
La vejez le ha dejado el pecho seco,
y aún así la puta tiene un cliente.

Enjuto se ve, débil, muy enteco,
perdido por la vida el aliciente;
tan exiguo, con pinta de muñeco,
de frágil marioneta penitente.

El verlo así, pueril, tan desdichado
y solo, sin amor, la conmovió;
Pobre sujeto tan poco agraciado,

hombre que con mujer jamás yació.
Y la hetaira su amor le ha dispensado.
¡La vieja puta que se enterneció!

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