jueves, 5 de septiembre de 2013

Desleal


Desde las sienes grises abono mi peaje.
Mientras, grito a la pústula que me impone el autismo
y mis sangrientos dedos arañan el abismo.
Aferrándome al grito que condena mi viaje,

al desdén de mis actos conscientes, a mi engaño,
aprieto mis agallas cuando el asco me asiste.
La repugnancia lame sus pechos si se viste
del flujo de mi sexo en el placer hogaño.

Con figuras oníricas se mancilla mi rostro,
irónico estertor en un coito fugaz.
Sobre su camiseta blanca de Pertegaz
deja manchas mi semen, preludio de calostro.

Si despechado huí, desencantado vuelvo
y de mi falsedad tan sólo yo me absuelvo.

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