Mirando en su futuro
sólo ve sombras de recuerdos;
de lo que otrora fue su mundo.
Su monólogo interno
se torna impúdico,
resbala por la pátina del miedo,
testigo mudo
del sólido y etéreo
murmullo
que habita su reino,
y se hunde en el curso
opaco de sus pensamientos;
es un caos confuso
que se torna intenso,
como el amargo fruto
de los mismísimos infiernos.
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