martes, 15 de marzo de 2011

Vacío


Lóbrego es el convento del cautivo;
el retiro forzoso del amante
que pierde su esperanza en el instante
fugaz en que la Parca, sin motivo,

se lleva para siempre el compasivo
verbo, confortador, vivificante,
a su exclusivo amor, con fulminante
anhelo, en un deseo vengativo.

Vacío porvenir y negra vida
le queda al solitario trovador
cuando el destino cruel clava su daga

y penetra en el pecho y de la herida
mana en cascada el flujo de un dolor
que le deja en el alma eterna llaga.

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